jueves, 20 de enero de 2011

Estufing

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En nuestra ciudad todavía no tenemos ninguna estufa para reconfortar a los fumadores expulsados del paraíso, pero confiamos en verlas pronto por el clima del que presumimos. Nuestra gata Edith, que le encanta el humo de los cigarrillos de mamy, ha decidido practicar  el estufing para cuando salga a darse un garbeo:
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8 comentarios:

Carmen J. dijo...

Yo tuve un gato, Benito, justo antes que Curra. Cuando se murió fue cuando nos dimos cuenta de lo que cundía, y rápidamente buscamos un perro y llegó Curra. ¡Pero no le hemos olvidado!
Todo para decir que, en casa, si tú querías saber cuál era el sitio más confortable, por dónde pasan los tubos de la calefacción o en qué lugar se estaba más fresco en verano, únicamente había que fijarse en dónde se tumbaba Benito.

Y la tontería de ponerse debajo de una lámpara también lo hacía, no creas, y se quedaba traspuesto, se le cerraban los ojillos. En el fondo los gatos son más pariolos de lo que parece.

Babunita dijo...

Mamy dice que con Edith, a veces tiene la sensación de estar de invitada en su propia casa, dice que son otro caracter, que nosotros, los perros, y ahí no entra Hooker, somos unos pardillos... ¡¡¡Queremos que un día nos enseñes a Benito!!

Emilio Diaz Rolando dijo...

Un día, en el carpintero, encontramos a Frodo. No sabría decir cuántos días tenía. Nos lo llevamos al campo y supongo que compensó las pérdidas de su madre y de su hermana con el primer bocado en casa: un trocito de dorada a la sal recién salido del horno. Creo que fue uno de los gatos más felices del mundo. Tenía el campo para cazar, flirtear y explorar, al tiempo que podía entrar en la casa cuando quería y ponerse en su rincón. Ciertamente, el sitio más fresco en verano era suyo y una silla junto a la chimenea era su trono en invierno. Desaparecía periódicamente hasta que en una de esas escapadas no volvió nunca más. A los pocos días se nos murió la perra Senda, una cocker negra preciosa, que había sido como su madre. Se dice que fue de tristeza...

Babunita dijo...

Muchas gracias por pasarte Emilio.

Desde que trajeron a Edith, con menos de 40 días yo también ejercí de madre, las cockers somos así... ¡Qué pena Senda! Y este otoño he hecho lo mismo con Basty hasta que Edith decidió adoptarla y enseñarle cosas de gatos, al principio no me dejaba ni olerla, ahora nos turnamos con ella, yo juego y ella la lava.

Íbamos a escribir una entrada
sobre los estoicos y epicúreos, dice mamy que aquí los de cuatro patas nos definimos muy bien en esos dos grupos, el primero lo forman Edith y Hooker, tan tiesos ellos, el segundo Basty y yo que todo nos viene bien, aunque tiramos un poco a hedonistas... Claro que, después de leer su entrada 193 hemos desistido.

ECA dijo...

Yo tuve un bobtail cuando era joven que también se llamaba Frodo. Tolkien era muy leído cuando yo tenía 16 o 17 años, ahora la mayoría sólo lo conocen del cine.

Babunita dijo...

Cuando mamy era pequeña y la llevaban a León, veía perros preciosos de razas que en nuestro pueblo sólo veía en los fabulosos atlas de naturaleza que acompañaban sus largos inviernos rurales... Verlos así en vivo paseando por Papalaguinda la dejaban boquiabierta para varias semanas... Lo más exótico que tenían por la ribera del Tuerto eran los setters y los sabuesos...

T dijo...

¿Sabe que yo nací a orillas del Tuerto, en La Bañeza, porque se le adelantó el parto a mi madre que estaba pasando allí unos días?

Babunita dijo...

Mamy, nacer nació en León, en San Juan de Dios, pero su pueblo está en plena ribera del Tuerto, es decir antes de La Bañeza... Y de usted que decir ¿impaciente?