miércoles, 14 de diciembre de 2011

Daddy

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Aunque nunca hablo de él, también tengo daddy, es este señor. Daddy es serio y me regaña, me llama cochina cuando se me escapa algo. Daddy, para sorpresa de mamy y mía, por una vez y sin que sirva de precedente ¡¡¡no ha tenido razón!!!. Hoy daddy, cuando mamy dijo que había hecho una entrada de sonetos, se la leyó e increpó a mamy diciéndo que un epigraba bien pordría ser un soneto, mamy, como iba con prisas, le dio dos o tres razones literarias argumentadas "a su manera" con ejemplos y se largó a comprarme un jersey. A la vuelta mamy se encontró esto en su correo:
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Definiste epigrama a tu manera
diciendo del soneto que es más largo,
–catorce versos, ves que me hago cargo–,
de más en composición tan ligera.

Y dices bien, ¡pardiez!, aunque no quiera
venir a darte razón. Sin embargo,
ha de ser para mí un trago amargo
dejar al dios del epigrama fuera.

Nos regala Quevedo sus sonetos
de catorce estocadas bien urdidas
y no son epigramas obsoletos.

Por contra –digo yo– que son partidas
venidas en el tiempo en amuletos
de duras experiencias ya vividas.
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3 comentarios:

Miguel Baquero dijo...

Yo me encuentro un escrito así en el correo y tiene que venir el SAMUR a atenderme de la impresión (buena o mala lo dejo para que sigáis discutiendo, pero impresión seguro que sí) ;-)

Babunita dijo...

Oh, oh, oh ¡guau guau guau!! Lo buenos de esta vez es que no hay ya más discusión!!

pseudosocióloga dijo...

Aburirsus no sus aburris....