lunes, 17 de enero de 2011

Rebelión en la Granja, otra

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Ramón Jáuregui ha anunciado que el Gobierno creará un órgano censor que sancione "climas de crispación" en las televisiones.
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...Todas las órdenes eran emitidas por intermedio de Squealer o cualquiera de los otros cerdos. A Napoleón no se le veía en público, todo lo más, una vez por quincena. Cuando aparecía lo hacía acompañado, no solamente por su comitiva de perros, sino también por un gallo negro que marchaba delante y actuaba como una especie de heraldo, dejando oír un sonoro cacareo antes de que hablara Napoleón. Hasta en la casa, se decía, Napoleón ocupaba aposentos separados de los demás. Comía solo, con dos perros para servirlo, y siempre utilizaba la vajilla que había estado en la vitrina de cristal de la sala. También se anunció que la escopeta sería disparada todos los años en el cumpleaños de Napoleón, igual que en los otros dos aniversarios.
Napoleón no era ya mencionado simplemente como «Napoleón». Se le nombraba siempre en forma ceremoniosa como «nuestro Líder, camarada Napoleón», y a los cerdos les gustaba inventar para él, títulos como «Padre de todos los animales», «Terror de la humanidad», «Protector del rebaño de ovejas», «Amigo de los patitos» y otros por el estilo. En sus discursos, Squealer hablaba con lágrimas en los ojos, respecto a la sabiduría de Napoleón, la bondad de su corazón y el profundo amor que sentía por todos los animales en todas partes, y especialmente por las desdichadas bestias que aún vivían en la ignorancia y la esclavitud en otras granjas. Se había hecho habitual atribuir a Napoleón toda proeza afortunada y todo golpe de suerte. A menudo se oía que una gallina le decía a otra: «Bajo la dirección de nuestro Líder, camarada Napoleón, yo he puesto cinco huevos en seis días», o dos vacas, mientras saboreaban el agua del bebedero, solían exclamar: «Gracias a nuestro Líder, camarada Napoleón ¡qué rico sabor tiene esta agua!».
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Rebelión en la Granja, George Orwell, 1945..
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