martes, 24 de mayo de 2011

Tennessee Williams

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Aunque mamy y yo elegimos ver La Noche de la Iguana, ayer noche; la pereza de no  hacer una entrada a altas horas nos ha pasado factura, puesto que, pensabamos haber colgado el poema con que Nono finaliza su vida. Alguien nos lo ha pisado, alguien que, al principio, ¡¡¡no quería ver la peli!!
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No obstante, no renunciamos a la fabulosa poesía del Siglo XX americano:
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EN LA TUMBA DE MELVILLE -Hart Crane-

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Lejos de este arrecife, a veces, bajo la ola
los dados de los huesos de los muertos
vio llegar un mensaje, al contemplarlos
batir la orilla, en polvo oscurecidos.
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Sin campanas cruzaban barcos náufragos.
El cáliz de la muerte generosa
devolvía un disperso, lívido jeroglífico,
envuelto en espiral de caracolas.
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Luego en la calma de una vasta espira,
amarras hechizadas, y en paz ya la malicia,
había escarchados ojos que elevaron altares;
Por los astros reptaban las calladas respuestas.
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Ni cuadrante ni brújula imaginan
más distantes mareas... Y por la azul altura
el canto no despierta al marinero.
Que su mítica sombra sólo el mar la conserva.
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