domingo, 5 de junio de 2011

Cuencos

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Este era mi cuenco, yo adoraba mi cuenco. Era especial, mantenía mis orejas secas el día que por fortuna mamy nos daba de comer lata. Ahora no tengo cuenco, desde hace un par de meses tengo instrumento de tortura:
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El mío es el rojo, me paso media hora intentando atrapar entre esos pinchos diabólicos las bolitas. Mamy dice que me sienta muy bien comer en el chisme, que no hago tantos ruidos luego...
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Ah!! Y dice mamy, que con tanto enlace ;-), quizá los señores estos tengan a bien enviarnos algo de avituallamiento.
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